El cuerpo humano no es un conjunto de sistemas estancos que funcionan de manera independiente, sino que es un organismo único en el que todos los sistemas están interrelacionados y el mal funcionamiento de uno provoca daños en otros.
En este sentido, cada vez hay más estudios que avalan la tesis de enfermedades periodontales provocadas o agravadas por otras enfermedades sistémicas del organismo y de cómo una mejora en las primeras favorece la calidad de vida con las segundas.
Por ejemplo, hay multitud de estudios que revelan la relación directa entre la diabetes y las enfermedades periodontales, una relación que se da en ambas direcciones. Por un lado la diabetes provoca un agravamiento de la enfermedad periodontal mientras que, por otro, la infección en las encías provoca un aumento excesivo de los niveles de glucemia.
Por ese motivo, cada vez más especialistas hacen hincapié en la higiene bucal de los pacientes con cuadros de diabetes, ya que con ello se consiguen notables mejorías en su calidad de vida.
De la misma forma está demostrada la relación directa existente entre la hipertensión y las infecciones periodontales, de manera que pacientes que sufren problemas de encías suelen tener una tensión arterial más elevada, con el riesgo de posibles infartos que ello supone.
Por ello, de nuevo la higiene bucal es esencial para minimizar los riesgos asociados a la hipertensión, ya que controlando las infecciones de nuestra boca podemos conseguir reducir la presión de nuestra sangre.
Pero más allá aún, en el caso de mujeres embarazadas con infecciones periodontales se ha demostrado que hay una relación directa con la posibilidad de un parto prematuro.
En definitiva, está más que demostrado que el no llevar una higiene bucal adecuada afecta directamente al conjunto de nuestra salud, más allá de la boca y con posibilidad de complicaciones de extrema gravedad.
De ahí que todos los especialistas hayan comenzado a insistir a sus pacientes en la necesidad de llevar una higiene bucal rigurosa, ya que es fundamental revisar los sistemas más próximos para prevenir la expansión de la enfermedad en otros organismos, sobre todo los relacionados con las enfermedades periodontales.